Teresa Eugenia Bermejo Cuevas

Mi abuela paterna, Teresa Eugenia Bermejo Cuevas, yo no la conocí. A mi hermana sí que la conoció y de hecho me cuenta mi padre que la quería muchísimo.

Nació en Budia provincia de Guadalajara. Hay muchas personas en Budia con este apellido.

El último que conocí con este apellido fue precisamente a primeros de diciembre y se llamaba Benigno Bermejo y había vivido en la misma calle que mi abuela. En la calle del Bronce. Una de las calles más típicas por su silueta y estrechamiento entre las casas que parece que se den la mano entre las dos márgenes...

Mi abuela era guapísima de joven. Lo vereis en esta fotografía de recien casada con mi abuelo Alvaro José.
Tenía unos ojos penetrantes y unas faciones muy humanas. Me hubiera gustado conocerla para tener de ella algún recuerdo mucho más cercano.





Todo lo que sé me lo ha contado mi padre y el primo de mi padre Antonio, que es el que me cuenta historias en el pueblo cada vez que le veo y que precisamente es primo por parte de padre y de madre. Su madre y su padre eran hermanos de mi abuelo y mi abuela respectivamente.


Se casó con mi abuelo Alvaro José y tuvieron cinco hijos. Una de ellas murió de pequeña y está enterrada junto a sus padres en el cementerio de Budia a los pies del convento. El resto fueron mi tío Cipriano, mi tía Ana, mi tía María y mi padre Joaquín.



Ya os contaré resúmenes de su historia en este blog pero en entradas distintas para hablar también de sus hijos que son, lógicamente, mis primos de sangre paterna.

Esta es la imagen de mi abuela que tengo más en el recuerdo, ya que está en una fotografía con mi abuelo en la fuente de al lado de su casa en la calle Teniente Verde de Budia.

Hace poco nos hicimos una fotografía mi hermana Elvira conmigo en esta fuente, simulando a nuestros abuelos... tengo que conseguirla - se la pediré a Carlos y la pondremos junto con esta que os cuento para que se vea la diferencia de épocas, aunque la fuente no cambie.

Mi padre Joaquín, se parece mucho más a su madre que a su padre, no solo en la altura, sino en la fisonomía. Luego es mi hermana la que coge la herencia del parecido y por último ha sido su nieto Gaspar que se parece muchísimo a mi padre de pequeño.