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"cumpliendo ochenta y cuatro años"







Muy cerca de la casa de mis padres, en el un restaurante alemán del Centro Comercial "La Vagüada", nos reunimos la familia, para darle un abrazo al abuelo Joaquín y cantarle "cumpleaños feliz"...; al comenzar esta reunión, cuando estamos esperando los platos de la celebración del cumpleaños "ochenta y cuatro" (él decía que cumplía 21, ya que 8 + 4 son 12... y como 12 eran demasiado pocos, puso los dígitos al revés) , Victor, el nieto con mayor alma de poeta, leyó unos ripios con todo su corazón . Un montón de aplausos sonaron al final, como colofón de esos poemas, que lógicamente ilusionaron a mi padre, sacándole alguna lagrimita de emoción.



Cuando me los remitió su madre, mi respuesta a su email, fue la siguiente:


Elvira.:

.. me encantaron esos versos que hizo Victor;
me llenaron todos,... los "ciento cincuenta";
que uno a uno, fueron fluyendo aquel día de su voz pausada, austera,
bordando en el aire el calor de las candelas;
"ochenta y cuatro" eran, todas las que esa tarde cubría
y por las que estábamos todos, celebrando aquella fiesta.

Esos ripios, no eran solo unos hilos de humadera...
eran mucho más que eso, eran cariño, eran fuerza...
eran magia, sutileza;...
eran un sueño hecho en piedra, ... era la verdad entera;...
sentida por un muchacho que en su sangre,
tiene mucho de alcarreño ...con su alma de poeta.

Ese Victor, hijo tuyo, es "santo de mi devoción";
es modelo, es letrista, es sentimiento, es voz, ... ;
no es un sobrino "al uso".... es todo un camaleón.
Dale un beso de su tío, que su sangre, también lleva;
y por supuesto en el blog, quedarán sus versos puestos
para que la web los lleve dentro de algún corazón.



...



y esos versos de Victor a su abuelo Joaquín, que resumen su vida, son estos:


Permitidme que hoy os hable
del verso ciento cincuenta.
En este día especial
sentados en esta mesa,
.
riendo, hablando, bebiendo
refrescos, agua, cerveza,
y ante todo celebrando
algo importante, una fecha.
.
Ocurrió en Guadalajara
hace años, más de ochenta ,
cuando los pueblos aún eran
lugar de pobres y penas,
.
en una familia humilde
vino a nacer un chavea,
un pequeño que se haría
grande como los planetas.
.
Él recuerda cuando fue
por vez primera a la escuela ;
la pistola del maestro,
las risas y las peleas,
.
y lo pronto que se puso
a trabajar en la era;
con su padre muy temprano
trabajaba aunque lloviera.

Permitidme que me alargue,
que en estos ripios me extienda;
se merece este señor
el verso ciento cincuenta.
.
Lo llamaron Joaquinito,
sus padres en esa época
Alvaro José su padre,
su madre, Doña Teresa.
.
Se hizo el más alto del pueblo
y sobrevivió a la guerra.
aunque mucho no estudió ,
más listo que el hambre era.
.
Antes de irse a Madrid
pues la mili nunca espera
se fijó en una muchacha
de ojos verdes como peras,
.
Que estaba cogiendo agua
en una fuente de piedra
que tenía mil hermanos
y ella era la pequeña.
.
-¿A dónde marchas Joaquín?
-A la mili, cuando vuelva
por aquí yo espero verte.
Soñó en vivir a su vera.
.
Y tras tres años de tiros,
de desfiles y banderas,
Joaquín regresó a su pueblo
queriendo volver a verla.
.
Su nombre era Esperanza,
era mucho más que buena;
una santa, mil sonrisas
ojos claros y morena.
.
Fueron pasando los años ,
bailaron en las verbenas,
y decidieron casarse;
lLlenar de amor la despensa.
.
El trabajaba en el campo
siempre en la cocina ella;
cuando quedó embarazada
pensaron en irse fuera.
.
Fuera de un pueblo pequeño
Joaquín no quería tierras;
quería comodidad
para su hija pequeña.
.
Y pronto nació la niña,
un terremoto ella era;
la bautizaron Elvira
parecía una muñeca.
.
Y aún no se fueron del pueblo,
se quedaron a la espera.
Y de nuevo un embarazo
a Esperanza puso a prueba.
.
Esta vez nació un muchacho
y lo hizo así ¡por las buenas!
José María le llamaron ;
hoy le dicen todos Chema.
.
El momento había llegado;
pronto hicieron las maletas.
Primero se fue Joaquín
a buscarse las lentejas
.
A una ciudad peligrosa,
enorme, gris, sucia, fiera.
Trabajó para comprarse
una casita en Vallekas.
.
Y hasta allí se trasladaron
al Madrid de los cincuenta .
Cuando el suelo aún era barro,
y el cara al sol en la escuela;
.
y se cogía el tranvía;
y los curas y las viejas gritaban vivas a Franco;
y los rojos de la guerra no se atrevían a toser
si no querían ir a la trena.
.
En un instante llegamos
al verso ciento cincuenta;
tan solo les pido un poco,
un poco más de paciencia.
.
La historia que viene ahora,
bien merece tanta espera,
pues aunque apenas cabían
en una casa pequeña.
.
La tripita de Esperanza
creció sin ninguna dieta
y pronto nació Ángel Luis
niño de enorme cabeza.
.
(No me refiero al tamaño, ... qué también,
sino a sesera)
.
Tenía enorme memoria,
se aprendía todas las cuentas,
los mapas y las Historias;
el más listo de la escuela.
.
Aunque Joaquín trabajaba
aunando todas sus fuerzas,
Dios apretaba bastante
para ganarse unas perras.
.
José María y Elvira,
aunque muy pequeños eran,
colonia y jabón vendieron
por la villa de Vallekas.
.
Y salieron adelante,
entre juegos y entre piedras
que tiraban a los trenes
y a veces a los colegas.
.
Joaquín cambió de trabajo;
se acabaron los problemas;
se mudaron a Moreto
él portero, ella portera
.
y después de mucho estudio
Joaquín supera una prueba
que le da plaza en el Prado
entra en la Pinacoteca.
.
A partir de ese momento,
todas sus vidas se arreglan
y en un futuro cercano
sus tres hijos se emparejan.
.
Pronto Joaquín y Esperanza
tienen nietos y se alegran
de disfrutar de sus besos
de sus risas, de sus metas.
.
Menuda vida envidiable,
con alegrías y penas,
yo firmo por una vida
como la que él aún lleva.
.
hoy te regalan
tus nietos,
el verso
ciento cincuenta.
...



@Victor "Alfaro"




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