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autobiografía

Mi padre, al morir mi madre, escribió una autobiografía y la tituló "recuerdos".

Espero os guste. Es una delicia recordar su historia a través de sus recuerdos y las fotografías de la época.



...

mis recuerdos
JOAQUÍN ALFARO BERMEJO

Autobiografía de Joaquín Alfaro Bermejo,
Escrita en Madrid durante el mes de marzo del 2004






PRÓLOGO



Mi vida, hasta hoy, a trascurrido a lo largo de ochenta años, …uno tras otro…

Aunque algunos se han pasado deprisa, otros muy deprisa, otros despacio y otros, … parecía que no pasaban nunca.

Los recuerdos que tengo, a veces son borrosos, otros muy nítidos… pero los que realmente han marcado mi vida no se me han borrado y por tanto no olvidaré relatarlos en esta autobiografía.

Además, he tenido la suerte de casarme con mi Esperanza.

¡Eso sí que fue tocarme el gordo de la lotería!.

Además, como el número tres, es el número que va casi siempre conmigo,… los tres hijos que tengo son mi mayor tesoro.

Elvira, José María y el pequeño Ángel Luis…. (ya no es tan pequeño, tiene ya 38 años , es profesor y está casado con hijos)

Pretendo ir recorriendo “a trazos” los recuerdos que tengo y por tanto no será un relato que lleve un orden cronológico,… sino que serán como miles de secuencias que empiezan, revolotean y terminan en unas películas que entrelazadas, forman mi vida.

Este recuerdo escrito, será, seguro, un regalo para mis hijos, nietos y descendientes.. así no solo dispondréis de vuestros propios recuerdos,…sino de los míos.

Cada uno vemos la vida de diferente manera… ¡todo es tan relativo!...

Por tanto os contaré …. MI VERDAD…. Aunque otros la hayan vivido de otra forma.

Lo que sí, quiero precisar, es que espero sean estos recuerdos, un pegamento que permita no desprenderme de vosotros nunca… por tanto como una lapa, pretendo estar en vuestro recuerdo permanentemente, traspasando mis vivencias a este papel y pasar a vuestras conciencias y a las de vuestros descendientes...

Además, si quiero mencionar que Esperanza, está conmigo continuamente,… y esta historia, estos recuerdos, estas experiencias …. están escritas realmente en muchos de los momentos por los dos,… el uno (Joaquín) cogiendo un bolígrafo que tiembla en el papel, con mis propios recuerdos …. y la otra (Esperanza), con la conciencia clara de lo que pasó viviendo conmigo, ….traspasando a los corazones y a la mente de todos nosotros, los relatos de nuestra vida compartida, haciéndolos también suyos en el momento en que los escribo.















¡Pasen y lean…..!




Según me dijeron mis padres, yo nací el 20 de febrero de 1924.

Fue un día muy frío, …estaba nevando; por esta razón debe de ser, que a mí me gusta mucho más el calor, que el frío,… porque , de verdad ¡al nacer, mucho frío encontré!.

Mis padres, eran labradores en el pueblo de Budia, que pertenecía al partido de Brihuega, provincia de Guadalajara.

Mi padre, se llamaba Álvaro José Alfaro Bautista, se casó a los 27 años de edad, seis años mayor que mi madre; mi padre ya había tenido otra novia, siendo mucho más joven, - según me contaba él - , cuando tenía diecisiete años.

Mi madre, por entonces tenía once años y era vecina de la primera novia de mi padre.

Cuando mi padre estaba hablando con su primera novia, por las noches en la puerta de su casa, se acercaba a ellos esa “muchachita” llamada Elvira Bermejo Cuevas y les molestaba continuamente….¿porqué sería?...

Nunca pudo imaginarse mi padre, que esa chiquilla, sería luego su mujer. ¡Cosas de la vida!

Mi madre, era la hija mayor de los posaderos del pueblo, que además eran labradores.

Cuando tuvo 16 años, se marchó a servir al pueblo de Durón, en la casa de un sacerdote.

Ella, subía a Budia en las fiestas, para ir al baile… y así, en uno de esos bailes, se hicieron novios.

Estuvieron poco tiempo de novios, porque mi padre, tenía que casarse pronto para poder librar a otro hermano de ir a la mili, como hijo de viuda.

Durante el tiempo que estuvieron de novios, mi padre cuando venía de trabajar por las tardes, para poder estar un rato con ella, se andaba más de tres kilómetros, que es la distancia que hay entre Budia y Durón.

Celebraron la boda en Buda, el mismo día que otra hermana de mi madre, en la posada de Budia, que era la casa de los padres de mi madre.

Yo he conocido a mis bisabuelos, de parte de madre,.. León Cuevas de Budia fue mi bisabuelo y Manuela Yedó de Crivillente (Alicante) mi bisabuela, por parte de padre…

Fernando Bermejo y Bonificia Cuevas Yedó eran los abuelos por parte de madre y también vecinos de Budia.

Cipriano Alfaro García, fue mi abuelo por parte de padre, … pero yo no lo he conocido.

A María Bautista Marín, que era mi abuela por parte de padre, sí que la conocí. También eran, los dos, vecinos de Budia.


Nosotros, fuimos cinco hermanos: Cipriano, Joaquín, Ana María, Teresa y Pepita.

Pepita, murió en los primeros meses de su vida y por tanto, solo tengo muy posos recuerdos de ella.

A mi hermano Cipriano, se lo llevaron del pueblo unos tíos, hermanos de mi padre, que en Madrid tenían una taberna en la que daban comidas.


Creo que tendría Cipriano unos seis años, así que yo no me acuerdo de verlo en el pueblo conmigo, hasta que no tuve cinco años, que fue cuando empezó a venir a casa para las fiestas.

Una vez vino mi hermano Cipriano al pueblo con “tos ferina” y me la contagió. Mi padre, para curarnos, fue a recoger agua de siete fuentes distintas, pues se decía que bebiéndola se curaba.

Nunca, mi hermano Cipriano, trabajó en las faenas de la casa, ni jugó conmigo.

Lo único que yo tenía de él, era su ropa y sus zapatos, cuando se le quedaban pequeños.

Estaba la ropa casi nueva y a mí no me gustaba en absoluto, pues yo quería ropa nueva para mí, aunque fuera de peor calidad, que la que tenía que heredar de mi hermano.

Hasta que tuve ocho o nueve años

¡Esto fue así!. …¡ Me acuerdo como si fuera ahora mismo!...

Un día con mucha devoción, le pedí a la Virgen del Peral, en la iglesia de Budia… un deseo:

¡Virgen del Peral, por favor,… ¡quiero ser mas alto que mi hermano, para que no me valga su ropa!...

…y la Virgen, me lo concedió,… porque aun siendo tres años más joven que mi hermano, enseguida fui más alto y no me valían sus zapatos.

Así que me tuvieron que comprarme unas sandalias, que las hacía un zapatero en el pueblo, y unas albarcas que también era lo que se usaba en el pueblo.

Yo así, estaba más contento. Con la ropa, me pasó lo mismo, la Virgen del Peral consiguió que no solo dejara de heredar los zapatos y también me concedió no heredar de mi hermano la ropa.

Así que empecé a usas chaqueta y pantalones de pana, como yo quería.

¿No se porqué me pasaba esto?.... Pero así fue.

A los tres años de haber nacido yo, nació mi hermana Ana María. Al ser chica, tampoco jugaba conmigo, pues sus juguetes eran distintos a los míos.

Los suyos, eran nuevos, porque los míos, muchas veces también eran heredados de mi hermano, que los enviaban de Madrid cuando él ya no los quería.

Los juguetes en el pueblo, eran muy pocos los que los había,… y además en las tiendas del pueblo ni siquiera los vendían, por ser poca gente la que podía comprarlos.

Seguía sin tener un hermano para poder jugar con él.

A los cinco años, empiezo a ir al colegio…El maestro se llamaba Don Andrés,.. y por entonces es cuando empiezo a tener amigos para jugar con ellos, a los juegos que se jugaban por entonces…. al gua, la pídola, a policías y ladrones.…

! Pocos juguetes se necesitaban para ello!., …pero nos lo pasábamos estupendamente.

Mi padre casi todos los años solía ir a Madrid, - no para ver a mi hermano, sino para ir a los Carnavales, o a la Feria de San Isidro para poder ver alguna corrida de toros ya que le gustaban mucho… y su hermano Eusebio le conseguía las entradas -…

Un día, aprovechando uno de esos viajes a Madrid, me trajo, una vez, un columpio grande, …¡de los que los feriantes ponían en las verbenas! ya que al parecer, una vez, unos feriantes se lo dejaron en la taberna de mi tío, donde iban a comer y beber…

Mi padre lo colocó en el portal de la casa donde vivíamos.

Allí yo me columpiaba así como otros vecinos que eran mis amigos… Nos divertíamos mucho.

Con mis cinco o seis años ya trabajaba yo, en muchas cosas de la casa. Como en la huerta regando, excavando, o en las tierras que estaban cerca del pueblo muchos días

Cuando salía de la escuela, también iba a escardar o a ayudar a mi padre, en los trabajos que éste hacía.

Cuando tenía seis años, nació mi hermana Teresa. Bautizada está, aunque no me acuerdo que se celebrara el bautizo.

Con siete años ya empiezo a ir a casa de mis tíos en Madrid, Eulalia y Eusebio, que es donde vivía mi hermano Cipriano. Solía ser a últimos de julio, que había verbena cerca de donde tenía la taberna, en el Paseo del Prado, frente al jardín Botánico. Esto era por San Juan y San Pedro. Creo que estábamos una semana... mi padre y yo. Mi madre no venía, porque no le gustaba. Además alguien tenía que quedarse a cuidar la casa y los animales.

Mi hermano no me enseño nunca nada de Madrid, pero tenía unos tíos, en la Calle Santa Isabel, que sí me enseñaron la ciudad.


Mi tía se llamaba Joaquina, que era hermana de mi padre.

Un día nos llevó al Retiro, con mi hermano y otro primo - que se llamaba Luis -.

A los tres, nos alquiló unas bicicletas.

La mía tenía dos ruedines porque no sabía montar. Era la primera vez que me subía en una bici. Mi hermano como sí sabía, se marchó solo con la suya. Yo me caí y el manillar se torció. Así estuve andando con ella, el manillar para un lado y yo para el otro.

Una vez que me encontré con mi hermano, me lo arreglo. Mi primo Luis también se cayó. Mi tía Joaquina lo tuvo que curar, porque se hizo una herida en la rodilla. Me acuerdo que ella dijo:

¡ya no vengo más con vosotros ,…menuda tarde me habéis dado!...

Con el tío Pepe, que era su marido, si que me enseñaba muchas cosas de Madrid… montábamos en tranvía, …nos gustaba ir a la verbena, por la noche, cuando cerraban su taberna.

Me acuerdo de muchas cosas, que hacía con él. Por ejemplo, jugábamos en la feria en las casetas que tenían rifas con cartas.

Se colocaban encima de unos números que tenían en el mostrador... y cuando coincidía la carta con el número premiado, nos daban un premio…. Cuando ganábamos yo me ponía tan contento. Algunas veces él, colocaba muy deprisa la carta sobre el número premiado, haciendo trampas… así muchas veces ganábamos.

Y cuando en algún sitio ponía “prohibido el paso” mi tío, no hacía caso… y si alguien le decía ¿no ha visto usted el letrero?.. El le contestaba… ¡Si, pero no se leer ¡.

Así estuve hasta los doce años, viniendo muchas veces a Madrid. Pero yo entraba en Madrid, aunque Madrid no entraba en mí.

Algunos días iba al Cine San Carlos, que estaba en la calle Atocha junto al hotel Nacional, porque en la taberna ponían la propaganda del cine… y regalaban entradas por tener la propaganda puesta. Iba solo. Conocía el Retiro y la casa de fieras… poco más.

Alguna vez fui a los toros con mi tío Eusebio y mi padre, porque a veces venía a Madrid conmigo.
En Budia, algunos días iba al colegio y otros no podía… porque tenía que ir con mi padre a trabajar al campo.

En el colegio yo era de los primeros de la clase. Entonces tenía buen profesor que se llamaba Don Eliseo… y nos mandó comprar una enciclopedia, que él se encargó de traer desde Guadalajara.

En el pueblo, casi no había libros,..

Ahora estamos en 1931, por lo tanto tengo yo siete años, y es cuando llega la República con Don Niceto Alcalá Zamora de presidente.

El profesor, como muchos maestros, era de izquierdas. Cuando terminó la guerra civil, se lo llevaron a la cárcel de Guadalajara y ya nada su supo más de el. Creo que murió.

En 1930, nació mi hermana Teresa y en 1933 nació Pepita, que murió, como hemos dicho antes, moriría a sus primeros meses de vida.


Total, que yo fue el único de los hermanos, que me quedé en la familia, para estar con mi padre en las faenas del campo, …porque las mujeres no lo hacían normalmente.


Ellas estaban en la casa, aunque María se marcharía a trabajar con los tíos a la taberna de Madrid, donde estaba mi otro hermano; Eso fue después de la guerra, cerca de 1939.

El tiempo va pasando, con pocas cosas que contar, hasta que tengo 12 años… y la guerra por desgracia empieza.

Ya estamos en Julio. Era el día 20. Estaba con mi padre segando cebada en un campo que estaba a una hora y media del pueblo. Ese día era fiesta en el pueblo y nosotros queríamos llegar a comer a casa,

pero empezó a ocurrir, lo que yo os voy a relatar ahora:


“en la carretera de Brihuega, junto a la Dehesa, vemos a un hombre con una pistola en la mano, que viene hacia nosotros… y dijo mi padre ¡ coge unas piedras ¡ porque no lo conocíamos hasta que estuvo cerca. Entonces mi padre le dijo. ¡ que pasa ¡ ¿ a donde vas¿ y el respondió… ¡al monte Redondo, porque los de Brihuega han venido y los han echado a todos los segadores que estaban allí en el monte!

Nosotros llegamos al pueblo y entonces también llegó la noticia de que habían matado a dos personas. Una de derechas y otra de izquierdas. Por suerte mi padre no estaba con ninguno de los dos partidos que se enfrentaban… pero se pasó mucho miedo.

Este día en el pueblo se pasó mal. Hubo muchos enfrentamientos. Por la tarde llegaron milicias de Guadalajara y se llevaron a muchas personas a la cárcel. Algunos nunca volvieron.

Los días siguientes también se llevaron a otras siete personas y las mataron.

Les dieron “ el paseo “, que es como se decía cuando mataban a la gente.

En mi casa solo pasamos miedo, durante los tres largos años que duró la guerra.


Estuvimos en zona republicana. Siempre sobre 30 kilómetros de los frentes de guerra que eran los de Cifuentes y Brihuega. En el pueblo estaban muchos soldados, porque había un hospital, al que venían los soldados heridos de los bombardeos. Los que morían están enterrados en el campo santo del pueblo.

La iglesia y la ermita del Peral, estaban haciendo de almacenes de víveres, para llevarlos a los frentes.

Lo mismo con el pan. En el pueblo había dos hornos en los que cocían el pan, día y noche. Brigadas de soldados venían desde el frente para descansar unos días y allí se hacían los relevos.

Tuvimos mucha suerte de que el pueblo no tuvo muchos bombardeos. Aunque los aviones pasaban muchas veces.

Un día un avión soltó tres bombas,. Pero solo murió un hombre, que se había venido desde Madrid al pueblo para estar mas tranquilo.

Otra bomba cayó en las escuelas, pero al ser verano, estaban vacías … y la otra en una casa particular… y tampoco paso del tejado.

Al terminar la guerra, también se pasó mal en el pueblo.




Voy a contar también, una cosa, que me ocurrió entre los días 22 y 25 de julio de 1936:

Íbamos a segar, mi padre y yo, … y cuando estábamos en la carretera que une Budia con San Andrés. Estaba amaneciendo. Dando vista a una llanura de 300 a 400 metros.

De momento se pararon las mulas en las que íbamos montados.

Miramos de frente y en el horizonte vimos que había un vehículo en la carretera, con unas luces bastante potentes, para esa época, y.. observamos que de la parte trasera del vehículo salen tres o cuatro personas, algunas volvían al vehículo…

Se repetía esta operación varias veces.

Se separaban de ellos, unos 20 a 30 pasos,…. matándolos… porque nos parecía que caían al suelo algunos.

En esos días por allí, a algunas personas les daban “ el paseo “… o sea , que los mataban.

Llegó hasta donde estábamos nosotros, otra persona del pueblo y nos preguntó…porqué estábamos parados.... se lo contamos y él vio lo mismo que nosotros.

Nos dio un poco de miedo.

El vecino se volvió rápidamente al pueblo y se lo dijo a los milicianos. Fueron donde se estaba produciendo este hecho con un camión y allí no había pasado nada.


Habría pasado aproximadamente una hora.

Nosotros, con un poco de miedo e intentando no ser vistos, nos fuimos campo a través para evitar la carretera y los caminos, hasta que llegamos a otra de nuestras fincas y empezamos a segar, con un ojo siempre vigilante...

Con el paso del tiempo, creo, que lo que vimos, no fue ningún camión con personas que fusilaran a otras “dándoles el paseo”, ya que no apareció ninguna huella, ni ningún muerto por aquel lugar.

Seguro que fue un “ovni” porque además, pensando ahora en aquel suceso creo que las personas que vimos en aquel extraño suceso, eran relativamente pequeñas …y no se distinguían muy bien, porque como os conté todavía no era de día.

Podían haber estar cogiendo algunas muestras de la tierra y cargándolas en lo que nos pareció un camión con luces muy potentes……. ¡Estaríamos viéndolos sobre unos cinco minutos.!....


¿serían aquellos seres unos extraterrestres?...

.¿Sería ovni aquél camión?....

no lo podré saber…

Pero a mi hijo José María se lo conté en el mismo sitio que ocurrió, casi 70 años después… y por el silencio de la llanura, los reflejos del sol sobre el cereal y aquel relato….

También creyó ver algo especial en ese momento.


"... Al terminar la guerra, también se pasó mal. Pues metían en la cárcel del pueblo y en la ermita de La Soledad, a muchas personas que después las trasladaban a la cárcel de Guadalajara…



A mi padre, le tocó algunas veces estar al cuidado de los presos, porque los utilizaban también para arreglar las calles del pueblo mientras que estaban presos en Budia.

Unos eran condenados a muerte, a otros los dejaban volver al pueblo…. E Inclusive a otros los desterraban a otras provincias…

Ya tengo quince años. Tengo mis primeros verdaderos amigos con los que formamos un grupo de ocho.

Hacíamos merienda en las fiestas de La Ascensión, Semana Santa, San Pedro, Navidad, etc..

Para la merienda matábamos un cordero, que lo comprábamos entre todos y con unos litros de vino lo pasábamos muy bien. Así fue hasta que nos fuimos casando todos menos uno –que por cierto era el que mejor cantaba en las rondas- y que se quedó soltero – “ el Antoñejo ”.

En semana santa, hacíamos limonada, en una casa de uno de los amigos, donde no vivía nadie, así no molestábamos. Lo mismo en Navidad con zambombos , almideces,… hacíamos rondas por el pueblo, cantando los cantares populares y villancicos para rondar a las chicas que nos gustaban.

Un cantar que se cantaba era este:

Vengo de Santa Lucia,
me voy a La Soledad,
de la Soledad a San Roque..
Y de San Roque , al Peral….

Todas ellas son ermitas del pueblo.

Otros de los cantares, eran:

La Salceda está en Tendilla,
el Madroñal en Auñón,
la del Peral está en Budia
y la Esperanza en Durón.

Estos son los nombres de lugares cercanos…

Otros cantares, era estos:

Canta compañero, canta,…
canta bien y canta fuerte,
que la cama de esta dama,
está en hondo y no lo siente

….. Algún mozo decía……

este mozo que ha cantado,
habrá dormido con ella,
cuando sabe que esta en hondo
la cama de esta doncella….

Y contestaba el primero…….

No compañerito no,
yo no he dormido con ella….
Que una vez que estaba mala
entré con su madre a verla.

Y alguna chica que era muy orgullosa, se la cantaba este otro…

Aunque me dieran tus padres
el huerto y la noguerilla,
no me casaré contigo,
porque hueles a abubilla.

Desde los 15 a los 20 años, estuve en el pueblo, haciendo faenas del campo. Unas veces con mi padre,.. Y otro solo.

Pero estoy contento de mi trabajo, aunque con el paso del tiempo, me doy cuenta de lo mal que lo hice. Pues trabajé para mis hermanos… y al repartir la hacienda, fue para los cuatro hermanos.

Ésta era más grande debido a mi trabajo. Se pudieron comprar más fincas. Ellos nunca me lo han agradecido.


A los 20 años, me presento voluntario al ejército y firmo por tres años, para hacer la mili.
Los pasé en el Ministerio del Ejército. Estos años, se me hicieron muy largos, haciendo muchas horas de guardia, muchos días de instrucciones, desfiles , etc.….

En los veranos, hacíamos campamento en Peña Lara… y de ello tengo recuerdos muy nítidos, que los he revivido recientemente con mi hijo José María a mis ochenta años, …volviendo por todos los caminos y sendas de la Sierra de Guadarrama, donde acampábamos y hacíamos marchas con mis compañeros de quinta, como la subida a la laguna de Peña Lara.

Todo esto para mí, a la hora de jubilarme del trabajo, me ha sido beneficioso, porque mi jubilación, ha aumentado con los dos años de la mili.

Durante estos tres años, muchas tardes y noches, estaba en casa de mis tíos del Paseo del Prado, donde dormía.
Allí estaban mis hermanos Teresa y Cipriano, trabajando y viviendo…. aunque para mí no fueron ninguna ayuda.

Yo estaba deseando poder volver a Budia, al pueblo en que nací.

Porque allí estaban mis verdaderos amigos…. Y la que sería mi novia, Esperanza.

A Esperanza, la conocí, a través de una amiga suya, con la que yo tenía mucha confianza.

Estuvimos tres años de novios y nos casamos el 15 de noviembre de 1951. Tuvimos tres hermosos retoños y estuvimos 51 años casados, hasta que Esperanza murió el 28 de agosto del 2002.

Durante ese tiempo (51 años de casados), pasaron muchas, muchísimas cosas, de las que trataré de acordarme y contaros en esta autobiografía.

Como hemos dicho, el 15 de noviembre, me casé con Esperanza y empieza una nueva vida para mí.

Celebramos la boda con una comida en casa de Mercedes, hermana de Esperanza. Unas 15 personas. Mi padre, hermanos, y tíos.

Después nos venimos a Madrid, en casa de los tíos, Eusebio y Elvira, que fueron los padrinos de la boda.

Estuvimos cuatro o cinco días en Madrid, vimos el Museo del Prado, un cine y un teatro. No me acuerdo de más….
Y a Budia otra vez…

Vivimos al principio en una casa de la familia de mi padre. En la Calle del Bronce número 3. Durante aproximadamente un año y medio.

Después en casa de mi padre, porque se quedó solo, ya que mi hermana Maria se casó y era la que estaba con el,

La madre de mi madre, o sea, mi abuela… estaba por meses, con los hijos, … hasta que murió.

Mis ingresos eran las tres cuartas partes de los ingresos que se sacaba del trigo y olivas que se vendían.

Si os dais cuenta, el número tres siempre está conmigo:

Tres años de mili
Tres años de novios
Tres hijos
Tres cuartas partes de la cosecha

Para colmo, tengo también…..

tres mulas, para labrar la hacienda
tres años, viviendo con mi padre y abuela
tres años, en el Casón del Buen del Retiro
tres años, nos llevamos los cinco hermanos en las edades..

Además, …
de nuestros padres ( habían fallecido tres) solo quedaba mi padre.

Y para rematar…
cuando me faltaban tres años para jubilarme,
me proponen ser conserje en el museo del Prado, que no acepté.

Al morir mi abuela Bonifacio, mi hermana María, quiere las fincas que le tocaron de nuestra madre, …aunque recibía una renta por ellas; así como también se llevó las fincas que le habían tocado a mi otra hermana. …

Por tanto a mí se me quitaron las ilusiones de seguir trabajando en el campo.

Así que yo, decido venirme a Madrid a trabajar…

Me vengo en casa de mi tío Eusebio yo solo, para ver la forma de poder venirnos todos …y empiezan los problemas.

Para poder encontrar vivienda y poder trabajar en las obras… me dicen que tengo que estar empadronado en Madrid, o sea, viviendo …

Por lo que por mediación, de mi tío Eusebio, en la alcaldía del Paseo del Prado, me hacen los papeles como si llevara viviendo tres meses.

Y empiezo a trabajar en la obra… solucionado el problema.

Ahora queda la vivienda.

Al estar trabajando,… tengo poco tiempo para buscarla y pienso, que una hermana de Esperanza, que vive sola, y como tenía cerca de la Plaza Eliptica en Madrid un piso con tres habitaciones, podría dejer a Esperanza y los niños estar allí, mientras buscabamos casa. Se llamaba Amparo, pero de amparo no tenía nada.

Esto lo pensé para que pudiera venir Esperanza y los hijos, así ella tendría tiempo para buscarlo.. y me dice Amparo, que no podemos ir a su piso.

Ese momento, fue el más duro que yo he tenido en mi vida.

Me costó llorar.

Al llegar otra vez a casa de mis tíos, le digo a mi hermano Cipriano, que tengo que comprar la casa lo más pronto posible.

Esos días siguientes, me ayuda mi hermano a buscarlo, para poder comprarlo.

Cuando encontramos la casa de la calle Carlos Aureoles, … no lo pienso un momento… y me quedo con él, pactando la compra con la constructora “Hermanos Santos”.

Aviso a Esperanza para que venga.

Alquila un camión en el pueblo, para traer los muebles. Vino ella con los muebles y su hermana Mercedes, trajo a los hijos en el tren.

Mi hermano Cipriano y el que traía los muebles, quedaron en la plaza de las Ventas, y lo guió a casa. Esta vez mi hermano, si se portó bien conmigo.

Desde ese momento ya tenemos vivienda en Madrid y al venir de trabajar, podía ir a mi casa.

Para poder pagar la casa, vendí las mulas, el trigo y la cebada que recolecté este año, dándole a mi padre lo que le correspondía, porque se quedaba a vivir con mi hermana María.


También le dejo una caballería de las que él, me había dado cuando me casé. Total, que saco cincuenta mil pesetas, que me gasté en una vivienda de la calle Carlos Aurioles, 33… que me costó cincuenta y cuatro mil pesetas.

Al no tener bastante para pagarla al contado, le pedí a mi tíos Eusebio y Elvira, diez mil pesetas y me las prestaron, haciendo un recibo por el este importe.

¡Con ese dinero llegué a Madrid!. Total seis mil pesetas en el bolsillo, para empezar a vivir.

Las fincas que yo tenía de mi madre y otras que compré con un dinero que Esperanza heredó de su madre, - que eran de unas fincas que se vendieron en Gárgoles de Abajo , el pueblo donde nació la abuela Elvira .

En ese pueblo los abuelos tenían una casa en la plaza muy grande con rejas y de piedra, con un patio trasero. Además la tía de la abuela Elvira tenía también una posada en Gárgoles.

Una de las cosas que no se vendieron entonces fue una “bodega”… - huecos en la montaña - que eran muy común en aquellos contornos… estará todavía por allí, abandonada.

Todas esas tierras se las arriendo a un vecino del pueblo por seis fanegas de trigo por año.

… y fue entonces cuando Antonio, marido de una hermana de Esperanza, tenía unos primos que eran constructores,….me dijeron que cuando hicieran una casa de pisos, me darían una portería. Me la daban para mí. Estuve cinco años con ellos de guarda por la noche en las obras… y de peón otras veces.

..Pero la portería no llegó.

Cuando empiezo a trabajar en Madrid, fue de peón en “construcciones Escribano”, en una obra que tenían en la Relojería Quirós, que la ampliaban. Eran haciendo los cimientos, o sea, cavando las zanjas. Así estuve veinte o treinta días.

Después pase a ser guarda de noche en otra fábrica “Isoluz” que estaba cerca de Méndez Álvaro. Desde las cinco de la tarde hasta la una de la mañana…. Y.. una noche, al que me relevó se le prendió fuego la obra, en los últimos pisos… y nos echaron la bronca a los dos… porque a los últimos pisos, casi nunca subíamos a vigilar lo que podía pasar. El edificio tenía cinco pisos. Pudo ser algún cigarro mal apagado de los obreros que estuvieron trabajando ese día, eran carpinteros y sacaban mucho serrín de sus trabajos.

Mi sueldo al estar por la noche era de 100 pesetas, cuando estaba de ocho de la tarde a ocho de la mañana.

Luego pase a la colonia que estaban haciendo que se llamaba de “Juan Tornero” que estaba en la estación de trenes de Goya, cerca del puente Segovia.

Allí hice de todos los oficios. De guarda de noche, de listero ,que era el que tenía que mirar si habían venido todos los obreros de la obra, ya que muchas veces eran más de cincuenta y preguntar a las cuadrillas de albañiles los materiales que habían gastado en el día. Tendiendo cuidado que no se llevasen nada de la obra.

También estuve de ayudante de un oficial de albañil en algunas de las obras, como en Pegaso, Isodel, … y unos pisos en Caravanchel. Fue allí mi último trabajo en la empresa de los Escribano. Total seis años.

Como ganaba poco dinero, cuando salía de trabajar en la obra, de guarda, o de peón, vendía jabón, lejía y colonias por las casas del barrio de Entrevías.


Esperanza y los hijos también me ayudaban a vender algunas veces. Así sacábamos un dinero extra que nos ayudaba a llegar a fin de mes.
El pozo del tío Raimundo, lo conocimos entonces, porque era la zona donde vendíamos mucho jabón,. En cada kilo ganábamos dos pesetas. En la semana vendíamos más de doscientos kilos.

Como no teníamos licencia para vender, un día un guardia me denunció. Le tuve que dar 100 pesetas para que no cursara la denuncia

Otros cinco años estuve en una fábrica de cervezas y gaseosas, que se llamaba “El Laurel de Baco”…. Estaba en la Moncloa.

Entré en la fábrica, porque mi tío Eusebio era consejero de la fábrica, pero no me pusieron en los mejores puestos, como podía haber sido. Ese era mi destino. Estar siempre donde se trabajaba más y se ganaba poco, aun teniendo responsabilidad.

Al estar recomendado por los dueños en la construcción y en la fábrica, los encargados te ponían la zancadilla siempre que tenían ocasión.

En la fábrica también se ganaba poco, noventa pesetas al día. Si algún día comía en una casa de comidas, porque echaba horas por la tarde, me gastaba 25 o 30 pesetas que era lo que constaba un menú normal por entonces.

Yo estaba donde se fabricaban las gaseosas y los sifones. Algunas veces explotaban. A mí me explotó uno en la mano y aún tengo un cristal en el dedo corazón de la mano derecha.

En la fábrica de cervezas se ganaba un poco más, y… aunque estuve controlando la cerveza que se vendía en Madrid, nunca pertenecí a la fábrica de cerveza.

Ya que a los encargados no les interesaba que un sobrino de un consejero supiese algo de la fábrica.

Así que tuve la ocasión de irme a una portería, porque mi tío Miguel que estaba casado con Antonia, hermana de mi padre… se jubilaba de la portería..

Me la traspasó a mi pagándole 20.000 pesetas. ¡Le di 10.000 pesetas de momento, y mas tarde el resto.

La portería estaba en la Calle Moreto, número 1. detrás de la Real Academia de la Lengua.

Dejé la fábrica en 1966… y por tanto, en los diez años que estuve en Madrid hasta entonces, por Budia fui muy pocas veces. Aunque mi hermana María estaba viviendo en Budia al tener su marido el trabajo en la tenería de Budia… y también estaba Antonio y Mercedes viviendo en el pueblo.

También fui al pueblo otras dos o tres veces a las fiestas, hasta que murió mi padre.

La portería tenía que estar abierta desde las 11 de la mañana hasta las 11 de la noche. Estaba la vivienda en ella.

Este periodo de mi vida, fue más estable, …ya que nuestros tres hijos estaban empezando a formarse…


Pero como, tengo que contaros aún, muchas más vivencias anteriores, nos volvemos al año 1952, que fue cuando nació nuestra primera hija, Elvira.

Al ir demasiado deprisa contando mi vida, en estos primeros capítulos, me he dejado muchas cosas que contar…. Pero a todo se llega.

Comenté que volvíamos con mi hija Elvira, así que os resumiré en unas líneas el dibujo de su vida en mi recuerdo…

Elvira, nuestra primera hija, vino a este mundo el 20 de agosto, sobre las once la noche. .. y porque ese día se celebraba el nacimiento de un hijo de los que serían sus padrinos, se dijo en el Ayuntamiento, al hacer el certificado de nacimiento, que había nacido el 21 de agosto de 1952.

Justo a los nueve meses y seis días de nuestra boda. Fue en una noche de tormenta, con mucho granizo. Por ese motivo debe de ser por el que ella lloraba mucho al darle miedo los truenos.

El nacimiento fue en la calle del Bronce, número 3, en el pueblo de Budia. En el pueblo estuvo viviendo hasta los cuatro años, …que nos pudimos venir a Madrid, a la calle Carlos Aureoles, número 33, distrito de Vallecas.

Uno de los momentos de mayor impacto en esos cuatro años de vivencia en el pueblo, fue cuando tenía de dos a tres años y vivíamos entonces en la casa de mi padre de la calle Teniente Verde.

Su madre, que la había dejado durmiendo en la habitación,… se marchó a la fuente, que hay cerca de la casa.

Elvira se despertó y quiso llamar a su madre por una ventana.

Se asomó mucho, y se calló de una altura de tres a cuatro metros;

¡no pasándole nada!.

Seguramente sería su abuela Teresa, desde el cielo, que la sujetó, pues ella justo en ese sitio, se sentaba a tomar el sol.

Elvira salió corriendo a donde estaba su madre, para decirle..

“ me he caío “ “me he caio”…

Su madre, se asustó mucho, porque de esa habitación ella, no podía salir, a no ser por la ventana. La llevó al médico, la reconoció y no tenía ninguna lesión.

Como hemos dicho, Elvira era muy llorona, …pero en ese momento de la caída no lloró….

En cambio aprendió muy pronto a hablar con su bisabuela, que estaba muchas veces con ella.

Y le decía: ….! abuela,… “los hombres rompiendo y nosotros cosiendo”!..

Cuando su madre, la regañaba, se metía debajo de las faldas de su bisabuela Bonifacia.

Tenía mucho de bueno y lo mismo de malo…

Su madre le decía: ¡ Tu me quitas la vida …y José Mari me la da !.

Ya en Madrid…en la calle Carlos Aureoles, Elvira empieza a ir al colegio. A los cinco años; …, en un colegio que había cerca de la casa y en la misma calle. Después fue a otro, ya más largo en la iglesia de San Diego… hasta que hizo la primera comunión, que la celebramos con la familia , en el bar del tío Eusebio.

Desde los diez, hasta los catorce años, trabajó con unas modistas del barrio y aprendió a coser a máquina. Tenía que ir hasta Embajadores a la academia de costura, porque su madre compró una máquina de coser y nos dieron con la compra posibilidad de clases. También trabajó en una fábrica de ropas para militares.

…Y así, hasta que nos cambiamos a la calle Moreto, o sea, a la portería.

Ya tiene catorce años y fueron pasando los días hasta que se casó con Carlos, haciendo mientras tanto varios trabajos y estudiando. Todo, para que en la casa, entrara un poco más de dinero.

Uno de los trabajos que estuvo haciendo, fue de taquillera en el casón del Buen Retiro, por las tardes, después de venir de otro trabajo.

Un día, fue a visitar el Casón del Buen Retiro el ministro de Trabajo, que en aquel momento, era D. Licinio de La Fuente e iba de incógnito con su familia a ver el museo.

Elvira, que como hemos dicho, estaba en la taquilla, le cobró las entradas al ministro, …!porque no lo conocía!.

Al pasar por la entrada , al estar yo de portero,… me quedé sorprendido y llamé al director del museo para decirle lo ocurrido. Y así lo pudo acompañar en la visita.

José María también nació en Budia, en el año 1954, estábamos viviendo en la calle Teniente Verde, número 15. y era el día 18 de agosto. …Este era más bueno, o sea, más tranquilo.

Con dos años, llegó a Madrid; igual que Elvira, fue al colegio en el barrio, hasta los doce años…
Después se pasó a “Los Salesianos de Atocha” cerca de la glorieta de Embajadores, … y al estar muy largo de casa… y ya conocer que en el próximo octubre nos trasladábamos a la portería de la calle Moreto,… él se quedó a vivir en casa de sus tíos Cipriano y Juanita, que vivían en el Paseo del Prado, 46. hasta que estuvimos en la portería.

Estuvo en el colegio de “los salesianos”, hasta que terminó el Bachiller y la reválida. Tendría entonces unos quince años.

Luego entró a estudiar en la academia de la calle Arenal, preparando las oposiciones para la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Madrid. … que las aprobó y entró a trabajar en mayo de 1972..

Empieza a trabajar en la central que esta en la plaza Celenque. El primer sueldo que trajo a casa, y entonces se pagaba en metálico en mano… y le dieron muchos billetes de 100 pesetas, los colocó todos en orden encima de nuestra cama como si fuera una colcha y nos avisó para que lo viéramos.

Algunas veces tenía que hacer por las noches, cuando había que hacer los balances de las cuentas… haciendo los cálculos a mano.. Así hasta que le tocó sortear para el servicio militar.

A los veinte años se va a la mili. Sortea y le tocó pasarla en África en el Aaiun en el medio del desierto del Sahara, hasta que los moros hicieron “la marcha verde”, y se dejó ese territorio para ellos.

.En ese momento lo trasladaron a Canarias para liquidar las cuentas de la Policía Territorial, ya que estaba en las oficinas, hasta que lo licencian faltándole tres meses de mili.

Como tenía Auxiliadora de novia, se casan… y el día antes de la boda se presenta la guardia civil en casa para decir que tiene que terminar la mili en Aranjuez.

Sus primeros sueldos, también fueron para casa.

Luego queda Ángel Luis, que nace en 1964, …el 18 de mayo, en una clínica de la Seguridad Social que estaba cerca de la calle Delicias y nosotros estando todavía viviendo en la Calle Carlos Aurioles.

Al llevarse diez y doce años con sus hermanos, es el juguete de la casa.

Con dos años, llega a Moreto, o sea, a la portería.

A los cinco años, empieza a ir al colegio. En un colegio que estaba en el Paseo del Prado. Pronto aprendió a leer y escribir, pasando por varios colegios…

Era muy inteligente y le gustaba leer todo lo que pillaba… inclusive las revistas que dejaba el quiosquero en la portería.
Llegó a recibir un premio de un concurso literario que hizo el periódico “YA”.

Al final tuvo que ir al colegio Cervantes de la glorieta de Embajadores,… en el que disfrutó también haciendo teatro, antes de ir a la universidad.

Fue a la universidad de Tres Cantos, de la que salió siendo profesor de Historia de un Instituto de la calle Fermín Caballero.

Se hizo socio del Liceo y estuvo haciendo investigaciones de manuscritos antiguos y escribió algunos trabajos sobre la alimentación en el siglo XIX, y consiguió por ello una distinción en el Banco España.

También como sabía griego y latín, tradujo muchos documentos antiguos en la Biblioteca Nacional.

Luego pasó por dos institutos más;… uno, que estaba en el barrio del Pilar, donde conoció a Amelia, con la que se casó posteriormente cuando cogió plaza en Álcala de Henares.


Nosotros ya estamos en el piso de Peña Grande, o sea, en la calle Isla de Arosa, número 21.
Al casarse Angel Luis, como hemos dicho, lo hace en Alcalá de Henares, ya que están allí los dos trabajando de profesores.

También se compraron un piso allí para vivir cerca de su trabajo.

Celebramos su boda en la plaza Cervantes de Alcalá de Henares, en el casino, con sus padres, hermanos y sobrinos.



Al venir a la portería, sabíamos que cuando llegara la hora de jubilación nos encontraríamos sin casa para vivir … por lo que vendemos la que teníamos en la calle Carlos Aureoles, que era muy pequeña, veinticuatro metros cuadrados. Pero muy bien repartidos…. Salón. Cocina. Servicio y dos habitaciones. Estaba dentro de un patio.

La vendemos por 100.000 pesetas.; con lo que podemos dar una entrada de 40.000 pesetas para el nuevo piso.

El nuevo piso es bastante mejor y más grande.

Hay que pagarlo en varios años…. Total fueron 650.000 pesetas.

Este bloque de viviendas se hizo con la gestión de una cooperativa de porteros y está ubicado en el distrito de Fuencarral..
Seguía ganando poco dinero, “unas tres mil pesetas al mes”, más algunas propinas.

Esperanza también ganaba algo, en un piso de la finca donde estaba la portería, haciendo la limpieza y otros trabajos…, pero seguía siendo poco.

Por lo tanto, en cuanto me dijo otro portero amigo mío, que bajaba a llevar a su hijo, como yo, al colegio…que necesitaban gente para celadores en el Casón del Buen Retiro, fui a entrevistarme con el encargado y me contrató.

Empiezo a ir por las tardes, desde el año 1967 a unas exposiciones de pintores que se exponen en el Casón del Buen Retiro y en la Biblioteca Nacional, contratado de celador.

Después, en el año 1971 , como ya conocía este mundo de la pintura, me presento a unas oposiciones para celador del Museo del Prado.

Tuve que sacarme el título de Graduado Escolar.

“Si quieres trabajar para conseguir ganar más dinero, ,,,solo tienes que estudiar”

Porque yo, desde los doce años, pocos libros había tenido en mis manos.

En la primera oposición, no lo conseguí. .. pero en la segunda, me preparé mejor y por fin lo consigo.

Así que desde el año 1971 tenía dos empleos. De portero por la mañana en la calle Moreto …y de celador por la en el Museo del Prado.

Era duro, pero se tenía dinero …y así empiezo a disfrutar algo de la vida. Aunque ya tenía casi cincuenta años, cuando disfruto mis primeros viajes con Esperanza. y con el hijo más pequeño, Angel luis. Nos fuimos, para conocer el mar… y podernos bañar. pasando una semana o quince días en Benidorm.

Así, he ido conociendo España. “ Una vez al año” . …

!Con eso era feliz!... porque no tenía que pedir a nadie nada, para poder vivir sin pasar hambre.

Terminamos de pagar el piso nuevo y lo disfrutábamos los fines de semana, cuando se pudo cerrar los domingos las porterías.

Así hasta que cumplí 61 años, que dejo la portería y sigo trabajando en el Museo del Prado, solamente durante otros cuatro años más.

En el museo, casi todos los años que estuve, me pusieron en las puertas, para cobrar y recoger los paquetes y los abrigos,… que muchas personas traían y al recogerlas te daban también una propina,.. ¡ siempre es mejor, que de vigilante en las salas!.

Cuando cumplo 65 años, me jubilo definitivamente y me entregaron un premio el Ministro de Cultura y el director del museo del Prado.

Entonces, al estar ya viviendo en la Calle Isla de Arosa, desde los 61 años, ha sido lo mejor de mi vida.

Porque con Esperanza, hemos hecho muchos viajes juntos por España, sin tener que esperar a que fueran vacaciones.

Hemos conocido muchos sitios preciosos, con nuestros hijos y nietos, dos de cada hijo, que son seis en total.

También lo hemos pasado bien, de verlos ir creciendo.

Los hijos están muy bien colocados, para poder vivir bien.

¡Ha sido nuestra mayor alegría!

Nos juntamos todos, para celebrar alguna fiesta o cumpleaños de alguno,

- Nosotros nunca lo hicimos en nuestras familias -….Eran otros tiempos… y se tenía poco dinero. Lo imprescindible para vivir. ¡ Pero lo hemos pasado bien.!... Ahora con dinero de sobra… yo, lo paso peor…

Aunque todos los hijos y nietos te arropan bien, falta lo mejor, que es Esperanza….Hace ya dos años, que se fue para no volver. A mis ochenta años, es cuando más necesitaríamos estar juntos los dos.
Luego, aquí dejo mi vida, …. De momento, ..por si os puedo seguir contento más adelante, otras historias.

Por tanto, os dejo por ahora, junto con el recuerdo de Esperanza. …Ella desde el cielo, me ha ayudado mucho, para relatar lo que ha sido nuestras vidas en estos años.

Un gran beso para todos. de Esperanza, desde el cielo …y mío desde aquí.

Al terminar de contaros mi vida, un poco… pero sí lo más significativo , para no aburrirlos ….y para que siempre estemos en vuestros corazones, os dejaré escrita estas poesías:



“el año cuarenta y siete, para Madrid venía yo…
y en la plaza del pueblo, me encontraba yo…
… era mi último permiso, que en la mili, tenía yo…
. También fue, la primera vez, que en Esperanza me fijo yo…
también su primer saludo, …que de ella recibo yo…”


“a por agua fue a la fuente.. un cántaro llenando estaba…
al verme a mi en la plaza…. mirándome se quedó….
Y me dijo…
¿ ya te vas para Madrid ?…. ¡También me iría yo ¡….
El coche, entró en la plaza;…. me monto… y mirándome, … se quedo….”


Muchas más poesías, os diría sobre los dos…
porque han sido muchos años, que hemos estado juntos, con mucho amor….

Y con nuestros tres hijos y los seis nietos, hemos estado siempre contentos, … viendo como nos han querido… y sin olvidarnos nunca a ninguno de los dos…

en ningún momento…
y siempre con mucho amor.

1 comentario:

Mercedes Alfaro dijo...

Hola!!

Soy Mercedes, vuestra prima... la tia de Vanessa y Cristina y... la hermana pequeña de Jose Luis.
!Que bien ! Yo también estoy muy emocionada viendo como suceden las cosas., ... Gracias Jose Mari por transmitirme la alegría de Vanessa, Cristina y José Luis al conocer vuestro Blog. Me ha encantado saber como sienten.
Gracias por supuesto, por tus recuerdos con tanto detalle. No conocía el blog de tu padre. Me encanta como "se te trasparenta" el corazón detrás de todo lo que escribes. Gracias por el cariño que guardas en él para todos nosotros. Seguire leyendo y leyendo. Son muchos recuerdos y dan para muchos ratos, que llorare y llorare con alegría !seguro! :-)
De lo que dices de los recuerdos y las cosas de tu tío y mi padre aqui me tienes para contarte, todo lo que sé de el.
A mis sobrinas, ... por si os volvéis a asomar por aqui... (lo espero) !qué os voy a decir...!! pues que... yo soy bastante desastre...todavía no tengo blog pero tengo... lo que os pueda servir de mi. Mis recuerdos, las fotos familiares, las anecdotas y los chascarrillos de vuestro abuelo y por supuesto, si lo queréis, yo misma. Me gustaría enviaros un poema del abuelo que hizo cuando se jubiló y veréis como en su corazón siempre os ha tenido presentes...pero nunca fue hombre de palabras...ni de acción. !que le vamos a hacer...nadie es perfecto!!! :-) No tengo vuestros correos y como si no lo hago ahora... tal vez lo deje y lo deje...que me conozco...pues abuso de Jose Mari, para deciros todas estas cosas aqui. Mi correo es mercedesalfaro@ono.com Me encantará saber de vosotros.
He sido muy independiente de la familia y posiblemente ello me ha llevado a parecer un poco despegada y ausente, pero os aseguro que solo lo parece. Siempre he oido decir que José Luis y yo eramos los más similares y es posible... yo tampoco lo sé. Ya me iréis diciendo ¿no?

Pues eso... que gracias por todo , que enhorabuena Jose Marí y Tio Joaquín por un blog tan entrañable y !cercano!!!! y que me encanta que tengamos un sitio donde encontrarnos todos y entre tanto charlar.

Un abrazo y muchos besos, de corazón.

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